Mi historia
Mi nombre es María Eugenia Espino, nací en Panamá en 1980.
Desde pequeña me caractericé por ser una niña grande y “rellenita”.
A los 8 años empecé a sufrir de dolores de cabeza fuertes y frecuentes, por lo que mis padres me llevaron al médico y en ese momento me dijeron que mis niveles de triglicéridos estaban muy por encima de lo que se consideraba normal en una tabla de adultos.
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Mira el cambio y como me ha ayudado esta alimentación.
Antes – 2018
Después – 2019
Mi familia
A los 26 años me casé y en lugar de bajar de peso por el estrés de la boda, subí aún más, recuerdo que el día de mi boda el vestido casi no me cerraba y no hacía más de 1 mes que me lo había probado, había ganado 20 libras en ese corto tiempo.
A los 28 años mi esposo y yo queríamos empezar nuestra familia e intentamos tener un hijo, pese a nuestros esfuerzos, no lograba quedar embarazada, fue allí en donde recurrimos a la ayuda de mi ginecólogo, especialista en fertilidad y obstetra muy reconocido en mi país. Me sometí a tratamientos de inseminación artificial, recuerdo que en un año fueron 3 y cada uno conllevaba inyecciones cargadas de hormonas. Ningún tratamiento funcionó y al cabo del segundo año, luego de estar emocionalmente desgastada, mi ginecólogo me pidió autorización para realizarme una laparoscopía ya que a pesar de no ser una persona con síntomas comunes, el sospechaba que yo podía tener endometriosis y que esa era la razón por la cual yo no lograba quedar embarazada.
Accedí, el procedimiento en el cual mi médico prácticamente me realizó una limpieza. La laparoscopía fue en febrero de 2010, y en marzo estaba embarazada de mi primera hija, quien nació en noviembre de ese año. Tuve muchas complicaciones durante el embarazo, presión alta, me subí unas 50 libras adicionales con el embarazo, lo cual complicó todo. Mi hija nació de 36 semanas, con un peso y talla bastante normal. Pasé más de 1 año con la presión alta, de las 50 libras que subí en el embarazo solo logré bajar 20.
Seguía subiendo de peso, por lo cual seguía haciendo dietas recomendadas por nutricionistas, pero ya no contaba con el tiempo para ejercitarme ni mucho menos para estar contando calorías. Esta vez no logré bajar igual a cuando era más joven y estaba frustrada pues cada vez que me disponía a bajar, algo sucedía y no era capaz de mantenerme bajo el régimen.
En el 2014 quedé embarazada nuevamente, esta vez debido a mi obesidad, mi médico me mandó a controlar mi alimentación de forma muy estrictica con otra nutricionista, seguí sus instrucciones al pie de la letra, comiendo 6 veces al día, midiendo y pesando los alimentos, etc.
Mi bebé nuevamente nació prematuro, pero este último con un peso cercano a las 9 libras, con tan solo 34 semanas de gestación, lo cual hizo que tuviera que quedarse en incubadora 3 días al menos, pues era muy grande y se le dificultaba respirar. Me sentía miserable, recuerdo que estaba muy preocupada pues sabía que tenía que hacer algo por mi salud, pero no sabía ya que más hacer pues todo lo que hacía de contar calorías, comer varias veces ya no me estaba resultando, llegué a pesar 285 libras, mido 172 cms. Para variar, mi papá estaba tan preocupado que me escribió una carta, en donde me pedía que me cuidara, por mis hijos. Yo en el fondo me sentía aún más deprimida porque sabía que las personas que amaba estaban preocupadas por mi, pero también sabía que me juzgaban y que en sus cabezas pensaban que era yo la que fallaba, que era yo quien no tenía fuerza de voluntad para lograr bajar de peso. De adulta fui diagnosticada con Ovarios Poliquísticos, y además de la endometriosis, durante mis embarazos me diagnosticaron con insuficiencia venosa con reflujo venoso en ambas piernas. Siempre mantengo mis tobillos hinchados, de noche aumentan y en las mañanas amanecen un poco menos hinchados. Con ambos embarazos tuve que mantenerme con medicamentos para evitar una trombosis.
Los años pasaban y seguía engordando, desde el 2015, luego de tener a mi segundo bebé, únicamente logré bajar hasta 247 libras y de allí me mantenía en un peso entre 237 y 247 libras. Este último fue el peso que tenía a inicios de este año 2018. Debido al sobrepeso mantenido durante toda mi vida adulta, tuve una lesión de la rodilla izquierda y en el 2018 tuve que someterme a una operación. Ya ha pasado casi 1 año desde la operación y sigo en terapias para recuperar mi rodilla al 100%.
Durante los días que estuve en casa por los cuidados propios de la operación, nuevamente seguí los consejos de otra reconocida nutricionista de mi país, esta vez, a diferencia de las anteriores, me recomendó comer solo 4 veces al día, sin embargo igual tenía que medir y pesar mis alimentos. Entre enero 2018 a junio 2018 había logrado bajar a 231 libras, mi peso más bajo de los últimos 3 años por lo menos. A pesar de que había bajado algo de peso, me sentía deprimida y frustrada, pues sentía que estaba perdiendo el control de mi salud. Pensé en operarme el estómago y hasta saqué una cita con un cirujano bariátrico, estaba dispuesta a hacerme la manga gástrica. Saqué mi cita con antelación para operarme en el mes de octubre 2018 recuerdo, sin embargo mi esposo no estaba muy convencido al respecto y me insistía en que debía seguir buscando algo que me ayudara de forma natural. Le prometí que seguiría buscando, y que si lograba encontrar algo que me diera resultados y que al cabo de 3 meses lograba bajar por lo menos 25 libras, cancelaría la operación.
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Nuevo estilo de vida
Ayunos y dieta cetogénica.
Como esta nutricionista me recomendaba comerme una barrita de Atkins como merienda en la tarde, un día estaba comiendo mi barrita en la oficina, recuerdo que eso fue a finales de mayo o inicios de junio, y una amiga me dijo que ella había leído en la página de Diet Doctor que esas barritas no eran tan buenas. De inmediato ingresé al sitio web a leerlo pues no podía creerlo, pues el empaque decía que solo tenía 2 gramos netos de carbohidratos, para mi fue una gran sorpresa, sin embargo seguí leyendo y navegando en el sitio web y leí un artículo sobre Ayuno Intermitente. Dicho artículo tenía un link, y de inmediato le di “click” pues quería saber más. Este “click” me llevó directamente a la página del Dr. Jasong Fung y su programa de Ayunos. Primero me compré el libro El código de la obesidad, luego vi que ofrecían sesiones de Coaching online y decidí tomarlas, pues pensé que ese podría ser mi última oportunidad antes de someterme a la cirugía.
Esa ha sido sin duda la decisión más acertada que he tomado en mi vida y definitivamente la mejor inversión en mi salud que he hecho.
Empecé con mi coach de los ayunos la 3ra semana de junio, si mal no recuerdo, y de inmediato empecé a probar con los ayunos y una dieta cetogénica guiada por mi coach, primero hice unos ayunos cortos de menos de 24 horas, luego cada semana intentaba alargar las horas.
Leí muchísimas historias de éxito en Facebook, lo cual me ayudó a mantenerme enfocada y motivada. Empecé a bajar de peso y siento que mi pérdida de peso ha sido progresiva y sostenida. Cuando empecé a darme cuenta de toda la ciencia que había detrás de la alimentación cetógenica y de la práctica de los ayunos, decidí estudiar para certificarme pues sentía que debía ayudar a otros, así como me habían ayudado a mi.
He aprendido muchísimo estos meses, pero creo que lo más importante ha sido poder tomar el control de mi salud, entender mi organismo y saber lo que tengo que hacer para lograr mi objetivo y es mantener mi insulina baja. Aprendí que comer bajo en carbohidratos, moderado en proteínas y alto en grasa es lo mejor que puedo hacerle a mi cuerpo y básicamente los días en los que como lo hago siguiendo esa regla y me mantengo en Keto. Cada semana programo mis comidas y mis ayunos y trato de variarlos tanto en duración como las cantidades de comida que hago durante los días en los que como. Aprendí a escuchar mi cuerpo, a comer cuando tengo hambre y a parar cuando me siento saciada.
Me preocupo por la calidad de mis alimentos pues se la importancia de nutrirme de forma correcta. Hoy, febrero 2019 puedo decir que peso 169 libras, y que este ha sido el peso más bajo que he tenido por muchos años. Si bien estimo llegar a mi meta para mi cumpleaños No. 39, eso es abril 2019, estoy muy feliz y satisfecha porque voy bien encaminada y el cambio en mi ha sido notable, todo el que me conoce me lo dice, pero lo más importante es que he logrado encontrar paz mental, ahora me siento dueña de mi salud, de mi cuerpo y siento que estoy en perfecta armonía entre mi cuerpo, mi mente y mi alma.
Empecé pesando 231 libras cuando decidí cambiar mi vida, usando talla 16-18; hoy peso 169 libras y uso talla 10; mi meta para mayo de 2019 es llegar a unas 150 libras aproximadamente y poder usar talla 8, pero si me toma más tiempo no pasa nada, es parte de la vida, lo importante es que ahora soy quien controla todo.